Su color naranja brillante y sus tres características rayas blancas hacen
del pez payaso-anémona uno de los más fáciles de distinguir entre los que
habitan los arrecifes. Alcanzan unos 11 centímetros de longitud y reciben este
nombre por las multicolores anémonas marinas en las que tienen su hogar.
El pez payaso realiza una complicada danza con la anémona antes de instalar
en ella su domicilio, rozando suavemente sus tentáculos con diferentes partes
de su cuerpo, hasta lograr que la anémona se acostumbre a su nuevo inquilino.
La capa mucosa que recubre la piel del pez payaso le hace inmune al aguijón
mortal de la anémona, que se alimenta precisamente de peces. A cambio de
protección contra los depredadores y sobras de comida, el pez payaso mantiene
alejados a los intrusos y acicala a su huésped, limpiándola de parásitos.
La mayoría de las 28 especies conocidas de pez payaso-anémona viven en las
aguas poco profundas del Océano Índico, el Mar Rojo y el Pacífico occidental.
No se encuentran en el Caribe, el Mediterráneo ni el Océano Atlántico.
Curiosamente, todos los
peces payaso nacen machos. Tienen la capacidad de cambiar de sexo, pero
únicamente lo hacen para convertirse en la hembra dominante del grupo. El
cambio de sexo es irreversible.
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